El doctor llega a ver al paciente, que se revuelve en la cama víctima de una elevada fiebre diciendo:
¡Ay, esposa mía, mi bella esposa, hermosa mujer, guapa compañera, tan linda, tan bonita!
El médico se vuelve hacia la señora y le pregunta:
Dígame usted, ¿Hace mucho que delira?
¡Ay, esposa mía, mi bella esposa, hermosa mujer, guapa compañera, tan linda, tan bonita!
El médico se vuelve hacia la señora y le pregunta:
Dígame usted, ¿Hace mucho que delira?