Dos caballeros que se movían muy de prisa en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Uno le dice al otro:
Perdóneme usted, es que busco a mi señora.
¡Que coincidencia! Yo también, estoy ya desesperado.
Bueno, tal vez le pueda ayudar.
¿Cómo es su señora?
Es alta, de pelo castaño claro, ojos verde, piernas bien torneadas, en fin, muy bonita, ¿Y la tuya?
Con esa descripción, olvídate de la mía ,vamos a buscar la tuya.
Perdóneme usted, es que busco a mi señora.
¡Que coincidencia! Yo también, estoy ya desesperado.
Bueno, tal vez le pueda ayudar.
¿Cómo es su señora?
Es alta, de pelo castaño claro, ojos verde, piernas bien torneadas, en fin, muy bonita, ¿Y la tuya?
Con esa descripción, olvídate de la mía ,vamos a buscar la tuya.