En un autobús repleto de gente, sube un hombre. Se coloca al lado de una señora espectacular y le pone la mano en el pecho sin disimulo.
- ¡¡¡Oiga!!! ¿podria poner la mano en otro sitio? - le dice la mujer.
El hombre le mira pensativo y le contesta:
- no me provoque, no me provoque...
- ¡¡¡Oiga!!! ¿podria poner la mano en otro sitio? - le dice la mujer.
El hombre le mira pensativo y le contesta:
- no me provoque, no me provoque...